lunes, 25 de abril de 2011

Capítulo 22


Finalmente, recogemos y llevamos todo lo necesario para la batalla. Dejamos Lylith atrás, concentrándonos en la lucha que se aproxima, pero debemos ser cautos, no podemos confiarnos, a demás, todavía queda atravesar el bosque, donde antiguos y no tan antiguos seres se ocultan. Son aún mas peligrosos que antaño, pues están influenciados por el aura que rodea La Oscuridad.

Aún así, recorrimos la mitad del trayecto sin contratiempos importantes, algún que otro ser nos atacaba, pero al ser en solitario, no tenía ninguna oportunidad.

Cuando llegó la noche decidimos parar, cenar y descansar, porque el bosque es muy peligroso por la noche.
Encendimos cinco hogueras, para evitar algún ataque innecesario.

Brian, Gabriel y yo, junto con unos pocos guardias más, empezamos a hacer la primer guardia. Arturo también quería vigilar, pero le mandé directo a dormir, pues debe descansar y mejorar todo lo posible.

Brian se colocó en el medio del campamento, para despertar a todos en caso de un ataque masivo y los demás nos repartimos por parejas por los alrededores.

Junto con Gabriel, me puse en el ala Este del campamento. Yo me subí a una rama alta y Gabriel permaneció en el suelo relativamente cerca.

El tiempo pasaba, los minutos se convertían en horas, y aburrida busqué a Gabriel a mi alrededor, sorprendiéndome de encontrarle justo en el árbol al lado mía. Con un salto, en la medida de lo posible, silencioso, me coloco en una rama cercana a la suya, curiosa y a la vez temerosa por preguntarle algo.

-Fuiste tú el que liberó mis recuerdos, ¿Cierto? – le susurro para evitar que haga mucho ruido y poder permanecer alertas.

-Sí- susurra en con voz ronca, también susurrando- Kya, debo contarte algo que, seguramente te sorprenda bastante ¿Dispuesta a escuchar?

¿Qué querrá decirme?, un poco tensa le contesto- por supuesto.

Él se acerca un poco más a mí y me dice:
-Me han designado como tu Ángel Guardián en esta batalla-hace una breve pausa donde toma aire lentamente- pero debes aceptarme como tu Ángel y te ayudaré en todo cuanto pueda-dice finalmente.

Pero no puedo contestarle, pues en un acto reflejo, me pongo tensa al escuchar ruidos de ramas y hojas secas.

-Sí, me encantaría que fueses mi Ángel, siempre y cuando no arriesgues demasiado tu vida, pero ahora debemos proteger el campamento-le susurro, conocedora de que está esperando con impaciencia la respuesta, pero atento a cualquier otro ruido extraño, observo de reojo a Gabriel, tiene una gran sonrisa reflejada en su cara, a pesar de su cuerpo tenso preparado para el ataque.

De repente me coge de la mano y con un pequeño tirón aterrizamos en el suelo y sorprendida miro hacia arriba y me quedo impresionada, en la rama en la que hace nada estábamos los dos, hay una criatura de la noche, un Wolfen. Es una mezcla de lobo y pantera y suelen moverse en numerosas manadas…

Aprieto ligeramente la mano de Gabriel que aún sostiene la mía y le lanzo la señal a Brian, quien levanta a todos. Pero no pude seguir prestando atención, pues otro Wolfen, un poco más pequeño y de pelaje más oscuro aparece tras Gabriel e intenta atacarlo. Pero empujo a tiempo a Gabriel, quien por puro reflejo evita un zarpazo. A la vez que yo saco mi espada y la cargo con el hechizo Pyro (Fuego). Una estocada conseguí darle al maldito, que aulló de dolor…atrayendo a nosotros más de sus congéneres.

Gabriel se posiciona a mi espalda y ahí comenzó el ataque de los Wolfens.
Poco a poco, los cuerpos de esas oscuras criaturas se repartían a nuestro alrededor, tiñendo el suelo de un rojo escarlata. Al vernos matar a tantos de sus congéneres, el ataque se centró en nosotros dos y todo era muy monótono:
Estocada en la pata delantera, esquivar zarpado y dientes y luego cortarle la cabeza.
Y así sucesivamente.

El Wolfen que nos atacó en un principio sigue encaramado a la rama, observándonos.  Y me doy cuenta de que es el Macho Alfa, el líder.

Lentamente, el número de Wolfens a nuestro alrededor va disminuyendo y por fin el Alfa se digna a bajar e intenta darle un zarpazo a Gabriel a sus espaldas, pero obviamente no lo permito, me coloco rápidamente a su espalda y bloqueo con mi espada sus zarpas, pero el Wolfen no tenía previsto que yo ya había cargado mi espada con electricidad.
Se alejó tras un gemido al haber recibido una descarga.

-Gracias- murmura Gabriel a mi espalda, él está luchando con cinco Wolfens a la vez, no me extraña que estuviera sin proteger su espalda.

No le contesto, pues estoy concentrada en el Macho Alfa, que quiere venganza.
Él no ataca como los demás, él no actúa totalmente por instinto. Lo que atrae mi atención y le miro directamente a los ojos y lo que veo me horroriza, veo humanidad en ellos, inteligencia. Y eso no es lo peor, lo peor es que creo conocer esos ojos. Melie ahora sí que ha quebrantado demasiadas normas, y actualmente la más importante. Ha experimentado con Humanos.

No le quiero hacer sufrir, le atravieso en cuanto me es posible el corazón, dándole una rápida muerte y evitando que siga su vida en esa monstruosidad, pues es un hechizo imposible de deshacer, es una maldición.

Toda la guerra a mi alrededor para  de golpe, su líder a muerto y todos los demás Wolfens huyen corriendo.

Esto sólo ha sido el calentamiento para la guerra principal…

Una vez que me aseguro tras un vistazo rápido a mi alrededor de que todos están libres de peligro dejo mi mente libre de pensamientos. Ése Wolfen…ese Hombre, era Álvaro, aquél soldado que iba junto con Eric y Brian aquél día que entramos a La Oscuridad. Aquel padre de familia que me pidió que le borrara la memoria para poder seguir con su familia y… miren cómo ha terminado.

Unos brazos me rodean, es Gabriel. Algo ha de percibir por esa conexión que sentí al aceptar que fuera mi Ángel, él algo ha de presentir de toda mi perturbación, que no es poca…es mi Ángel, MÍ Ángel.

Lentamente, pero sin dudar, le abrazo también y seguramente por algún hechizo al que no opongo resistencia, Gabriel me duerme en sus brazos.

Un sueño que está libre de pensamientos y preocupaciones.

miércoles, 20 de abril de 2011

Meme ¡Coge tu libro! (capítulo en la entrada anterior)

¡Hola! Bueno, esto que os traigo es una especie de "juego" al que me ha nominado Athenea y aunque sea un tanto extraño, me he animado a hacerlo, ¿Por qué? Porque es diferente ;)

Os lo explico, hay que coger un libro que tengáis, ir a la página 89 y copiar en la entrada del blog la frase de la línea 5 de esa página, después de citar el libro. Vamos pues a ello:

"Su mirada era de hielo y esta vez, el niño, en lugar de estirar su pescuecito de tortuga y otear el horizonte, rompió a llorar desconsoladamente."

Extraño, ¿Verdad?  Es de un libro que me han mandado leer la profesora de lengua para este trimestre, aunque no me atrae mucho. Se titula El Hereje, y es de Miguel Delibes. Un buen escritor por lo que dicen y bueno, me mandaron leer algun libro suyo y escogí este, principalmente, por que me atrajo el título xD

En fin, que os cuento yo aquí mi vida.. xD

Ahora tengo que nominar a 6 blogs:
-Tres de Tres
-*Zapatos de Bailarina*
-Saga Patrulleros de la Luna
-¿Elección o Destino? ¿Cuál eliges?
-El mejor recuerdo.
-Vampireville

Espero que os haya gustado el meme ;)
Besos.

lunes, 18 de abril de 2011

Capítulo 21

Yeah, por fin otro capítulo ^^
Sólo deciros que gracias por vuestra paciencia, ya he podido adelantar algunos capítulos antes de empezar a publicar de nuevo y como ahora tengo una semanita entera de vacaciones..pues a escribir toca :)

Así que bueno, gracias por vuestros comentarios de apoyo y demás. Y deseo que os guste este capítulo, os dará en qué pensar..;)


Besos.

Att:Patricia

***
Miro a todos, quizás sea este nuestro último desayuno en condiciones. Pues dentro de poco, comenzaremos el viaje hacia La Oscuridad.

-Kya hoy es nuestro día, por fin podrás cobrar tu venganza- me dice Arturo con una pequeña sonrisa triste.

Sigue hablándome de algo más, pero no logro concentrarme…
“Un lugar diferente aparece delante mía, es la habitación que compartía con Melie antes de que aquello ocurriera. Una pequeña habitación con dos camas pegadas una a la otra, camas pequeñas pero muy suaves y cómodas, como a nosotras nos gustaba.

-Kya tengo miedo, he de irme con tío Raúl y no quiero, me da miedo- me dice Melie con desesperación.

-No vayas con él Melie, sabes cuál es su especialidad…las artes oscuras y prohibidas, no vayas-le suplico.

-He de ir, si no, él vendrá a mí y si viene aquí…no se que puede ocurrir- contesta ella con una sonrisa triste.

-Hay que irse ya Melie. Kya, espero verte pronto- me dice Raúl antes de arrastrar a Melie hacia él. Raúl es alto, un metro noventa aproximadamente, de ojos oscuros y pelo negro, muy parecido al de Melie, bastante corpulento la verdad.

-Espero que no muy pronto-murmuro muy bajo, sin que él se entere- adiós-digo ya en voz alta.

-Adiós Kya-dice Melie mirándome con sus oscuros ojos.

-Adiós Melie-me despido de ella con una mala corazonada.”

Un recuerdo…otro me atrapa inmediatamente, en este estoy en mi cuarto de nuevo:
“-Kya, hoy viene Melie, por fin, después de este incómodo año que ha pasado con tu tío Raúl-me dice una voz suave y melodiosa, Lylith…mi madre.

-Sí… ¿Habrá cambiado mucho? Temo que ya nada sea como antes mamá, tengo un mal presentimiento-me sincero con ella.

-No lo sé hija mía, vamos a descubrirlo-me apura para que salga de mi cuarto.

Llegamos a la Sala Real, donde mi padre, Raúl y una hermana irreconocible nos esperan.

-¿Melie?- la miro emocionada.

-Kya-asiente simplemente hacia mí, dirigiéndome una fría mirada de hielo puro.

-¿Qué ocurre?- me acerco a ella conmocionada.

-Nada Kya, me he dado cuenta de algunas cosas que debería haber sabido desde hace bastante tiempo- contesta en un tono con el que dirigió una rabia incomprensible para mí.”

-¡Kya! – me sacude levemente un Arturo bastante preocupado, alejándome lentamente de ese recuerdo.

-Déjala Humano, es hora de que afronte sus recuerdos-dice Gabriel secamente para luego dirigir sus ojos azules con una mirada de tristeza a mis ojos y poco a poco lo veo más borroso hasta que otro recuerdo me sacude, este es en la Sala Real:

“- Mamá, no quiero que mañana venga el tío Raúl, no estoy cómoda con él- le digo desesperada.

-No puedo hacer nada para evitarlo pequeña, solo puedo decirte que estaremos aquí contigo, estarás segura y…-empieza ella ha decirme pero Melie la corta.

-Pues yo si quiero que venga, es un hombre muy interesante y me ha enseñado mucho- replica Melie furiosa conmigo de nuevo.

*Nuestra amistad no fue lo que era desde que volvió de estar con el tío Raúl…

-¿Qué te pasa conmigo Melie? ¡No te he hecho nada! Siempre estoy aquí para ayudarte en lo que necesites y ¿Así es como me tratas? –le gruño furiosa y a la vez herida.

-Solo te estoy devolviendo una pequeña parte hermanita-me dice con una macabra sonrisa- ya verás-dice desapareciendo de la Sala.

Y en ese momento, mi peor pesadilla comenzó. La horrible y sangrienta guerra ocurrió.”

-¡No!- grito agarrándome con ambas manos la cabeza para evitar continuar con el recuerdo, mis propios recuerdos me aterran, todavía puedo oír aquella última orden que mi madre me dio:
- Corre, el futuro de todos está en tus manos hija mía, corre y vete con tu padre- y de fondo se oía la risa macabra de mi hermana, mientras yo, desesperada intentaba escapar, cayéndome varias veces por el camino, a causa de las lágrimas.

-¡Kya, regresa al presente ya!-me dice Arturo ya histérico y asustado por mi grito de angustia.

-Tonta-me susurro secándome las lágrimas que se han derramado sin mi permiso de mis ojos, pero los recuerdos me dejan pensativa: Melie no fue siempre mala del todo, todo comenzó a partir de la llegada de mi tío Raúl.

-Ya está, estoy bien, no os preocupéis- digo al comedor en general, pues todos han callado y dejado de comer  al escuchar mi grito y están  mirándome levemente preocupados. Dicho esto, todos se giran y siguen con lo que estaban haciendo.

-Kya, ¿Qué viste? – me pregunta un curioso y a la vez preocupado Brian.

-Bueno- dirijo mi mirada hacia Gabriel, quien me mira como si hubiera visto todo lo que he revivido- he descubierto que Melie no fue siempre mala, todo recae en mi tío Raúl, pero aún así, eso no libra a Melie del asesinato de Lylith, mi madre.

-Kya-me llama Gabriel y yo le miro a la espera de que continúe.
-No pienses que Melie está bajo un hechizo o maleficio de Raúl, ella mató a vuestra madre por propia voluntad y avaricia de poder.

-Lo sé Gabriel, no lo dudes, ella ha de pagar por ese asesinato muy pronto- le digo sin rastro de emoción el la voz, pero por dentro estoy triste, muy triste. Melie y yo éramos muy amigas antes…y eso me ha descolocado un poco.

Sí alguien me preguntara qué ocurrirá cuando lleguemos a La Oscuridad, que si podremos resistir, no podría asegurarlo.

Solo vivo para cumplir mi venganza, una que lleva siendo retrasada desde hace demasiado tiempo.

lunes, 11 de abril de 2011

Relato concurso Luces y Sombras

Bueno, siento deciros que esta semana no hay capítulo (No me peguéis >.<)
Pero a cambio y como disculpa os voy a dejar este relato que hice para el concurso de Lighling (Tania) para su blog Luces y sombras.
Espero que os guste y recordad que estoy haciendo todo lo que puedo para adelantar capítulos escritos antes de volver a empezar a publicar y de nuevo, disculpadme :(

 

AVISO: (no os penséis cosas raras ¬.¬) es un poco bastante largo :P


***

PRESA EN SUS MANOS

-No, me es imposible-dijo ella terriblemente afligida.

-Pero debes hacerlo Íriel, el alba se acerca, no debes dejarlo sufrir más- le espetó él con voz ruda, intentando hacerla entrar en razón.

-No, no, no puedo matar a mi propio hermano, ¿Es que no lo ves? Debería ser capaz de curarle, pero tal maldición me es imposible de quitar- le contó ella, realmente triste.

El hombre, se acerca lenta, muy lentamente a ella, hasta que está a pocos centímetros de su femenino cuerpo, ese que lleva atrayéndolo desde años atrás.
-Íriel, amiga mía, ¿No crees mejor que él deje de sufrir?-le dijo él sintiendo el pesar de ella.

-Sí, lo sé, no tienes que decírmelo dos veces. Pero no puedo, él ha sido mi única familia, el que me ayudó cuando más lo necesitaba, mi confidente y el que más me conoce, no puedo dejar que muera-dice ella, saliendo rápidamente de la habitación, cerrándola de un portazo, dejando a Devid con la palabra en la boca.
Él a punto estuvo de decirle que la conocía mejor de lo que ella cree, pero se mordió la lengua aguantándose tales palabras, pues muy bien sabía que eso no la ayudaría a afrontar lo venidero, es más, hasta podría alejarla de él.

Íriel no podía estarse quieta, paseaba por los jardines intranquila, ¿Qué iba a hacer?
Pero lo tenía muy claro, nadie más sabía lo que el maldito bastardo le dijo antes de maldecir a su querido hermano Brian. Se repiten cada dos por tres las palabras en su mente, el recuerdo de aquel fatídico día…

“Llevaban paseando cierto tiempo, comentando de todo y de nada, de cosas triviales. Él a menudo sacaba el tema de Serene, la mejor amiga de Iriel, quien consideraba a Serene como su hermana. Serene es huérfana, Iriel la encontró un día en un bello prado, toda cubierta de arañazos y moretones. Ella le preguntó qué le había pasado, pero Serene no se acordaba, solo se acordaba de su nombre. Iriel la acogió, por aquél entonces ambas tenían 12años, y hasta la fecha, han sido inseparables. De eso hace 8 años. Descubrieron que para sobrevivir, Serene necesitaba periódicamente sangre, por lo que parte de vampiro tenía, pero también olía a algo más, un híbrido nunca visto. Iriel es una de las pocas que conoce su otra parte híbrida. Serene puede transformarse en una bella pantera.

-Caín, ¿Qué te ocurre con Serene? ¿Por qué no dejas de preguntarme por ella? Si ni siquiera yo te conocía, ¿Qué sabes de ella? -le espetó Íriel harta de su comportamiento infantil.

-No soporto su relación con tu hermano Brian, no puede ser-le contestó él hecho una furia.
Finalmente Íriel quedó paralizada por un pesado aroma dulzón mezclado con agridulce que captó de Caín. No, no, no puede ser, se reprendía ella mentalmente, vampiro. Soy estúpida ¡cómo no me di cuenta antes!

-Sí querida, soy un vampiro y no uno normal. No permitiré que Serene sea feliz-le dijo Caín con voz cruel- entrégate tú a cambio, o Brian, si, tu querido hermanito, sufrirá las consecuencias.

Y de repente desapareció tal y como apareció antes de ese encuentro que cambió sus vidas”

Resulta que Íriel se había encontrado con él tras un choque que, ahora ella está segura de que no fue casual. De ahí, él se presentó formalmente y le pidió dar un paseo.
Y lo que ocurrió posteriormente, ya lo sabéis.

Brian hasta la actualidad ha enfermado notoriamente. Primero, para espanto de todos, quedó cegado, sin su capacidad de visión, está completamente indefenso, bueno, no del todo, pues sus poderes licántropos algo le ayudarían, pero sin su sentido más esencial, está cual tigre en una jaula, expuesto a los demás, pero incapaz de defenderse totalmente solo. Por eso Iriel contrató a guardias que vigilan la entrada de su habitación. Donde Serene cuida de él. Después de un tiempo empezó con la tos sangrienta.

E Íriel ya no aguanta con la culpa. Les contó lo del encuentro con el tipo llamado Caín y todos estuvieron de acuerdo de que ese hombre, era uno de los pocos vampiros brujos, una estirpe legendaria, una variedad casi extinguida de vampiros.

Íriel no podía dejar de rondar cerca de la puerta de la alcoba de Brian, notoriamente nerviosa. Decidida entró, encontrando a un más que débil Brian y algo que la destrozó aún más, Serene llorando a lágrima viva. Serene salió corriendo hacia ella en cuanto entró, atrapándola en un fuerte abrazo, donde comenzó a sollozar e hipar.
Íriel consiguió, al cabo de un rato, consolar un poco a Serene, prometiéndole que evitaría la muerte de Brian, fuera como fuese.

Salió de la habitación rápidamente, algo que estaba tomando como costumbre y fue hacia su propia alcoba, se cambió la ropa por ropa de combate y preparó su “equipaje”. Metió alimentos, agua y algo de ropa. Cogió su espada, junto con sus retráctiles, un arma con la que había congeniado desde pequeña y manejaba de maravilla, y salió, sin ser vista, de la casa común. Apunto estuvo de ser vista por un Devid muy alterado, pero finalmente no la vio.

Inhaló y exhaló, intentando relajarse, algo un poco imposible, pero para poder lograr utilizar sus poderes, debía relajarse un poco.
Finalmente, se concentró y utilizó un poder que descubrió que poseía hace poco, ni siquiera Serene lo sabía. Puede localizar la esencia del alma de cualquier persona, esté donde esté. Y obviamente localizó a Caín. Al Noroeste, unos 12 km a pie. Demasiado cerca de ellos, no le gustaba nada.
Tardaría su buen rato a pie, pero estaba entrenada y preparada para ello.

Un día después, se encontraba a cien metros de la guarida del bastardo de Caín, pero no opondría demasiada resistencia, se entregaba voluntariamente para evitar el sufrimiento de Serene y Brian, el bueno de su hermano.

Metió sus retráctiles en sus botas, donde esperaba que no buscaran, algo un tanto improbable, pero utilizaría algo de coacción para evitar que miraran allí.
Su espada, bueno, esconderla encima era otra cosa, decidió enterrarla, no permitiría que utilizaran su propia arma. Tras envolverla cuidadosamente en un paño, la enterró al pie de un árbol, al que rompió una rama para identificarlo en caso de necesitarla.

Y no podía retrasarlo más, se adentró en la guarida del enemigo.
La escoltaron hasta Caín, quien estaba rodeado de unas cuantas mujeres.

-Qué sorpresa tu visita Íriel -ronroneó Caín- no estaba seguro de si encontrarías mi humilde guarida- comentó apartándose un mechón de su largo pelo rubio platino.

-Aquí estoy, deja en paz a mi hermano-le espetó directamente Íriel.

-De acuerdo tigresa, ya está hecho-dijo él levantándose y acercándose demasiado a ella.

-¿Qué haces?- preguntó ella asustada, cuando la mano de él se posó en la parte baja de su espalda, pegándole a él, sintiendo su excitación.

-Mm pronto descubrirás Íriel -le dijo a ella- abandonad la habitación- ordenó al público que tenían ambos, las chicas se fueron con una mueca de odio en su rostro a Iriel, todas menos una, que intentó imitar las expresiones de las demás, pero sus ojos no engañaron a Íriel, ella sentía pena por Íriel.

-Te haré algo que no conseguí hacerle a Serene hace tiempo, sí querida, yo hice que Serene olvidara todo, aunque ella fuese tan joven, era realmente bella-en ese punto, Íriel notó ganas de vomitar- se resistió mucho, por lo que me harté y una buena paliza le di. Maté a sus padres y a ella la abandoné a su suerte en aquél prado. Para su suerte, tú la encontraste antes de que decidiera volver a por ella y ahora te estoy cobrando lo que iba a hacerle a ella.

- ¿Te transformarás en tigresa para mí? –Dijo Caín con una mueca malvada- porque prefiero otras cosas, no opongas resistencia madame, si no, volveré a maldecir a Brian y tú no querrías eso, ¿Cierto? – Le susurró a Íriel al oído.
Y empezó a desnudarla.

Lo que ocurrió esa noche, es algo que nadie debería haber presenciado, oído o presentido. Como Caín abusó de Íriel, que se entregó por evitar la muerte de su hermano y la tristeza de Serene. Como sació su sed de sangre y carnal con Íriel, quien nunca había tenido relaciones sexuales con nadie. Y no es que Caín fuese delicado con su piel virgen, fue todo lo contrario.
Pero Íriel olvidó un cabo que dejó sin atar antes de partir a por Caín. Devid.


-No debería haberse ido, no, no- se dijo Devid, a unos cuantos kilómetros, presintiendo que algo malo estaba ocurriéndole a Íriel, su Íriel, él sabía esto, pues al igual que Íriel, tiene un poder que ha mantenido en secreto, él puede leer la mente de todos.

Partió en cuanto se enteró de que Íriel se había marchado, no sabía el motivo, pero lo sospechaba. Por eso se despidió de los demás, diciendo que iba a por Íriel y llevó consigo una partida de caballeros que él mismo reclutó.

Pero lo que él no sabía era que lo peor ya le había ocurrido durante aquella noche a Íriel.
Acamparon a un kilómetro de donde habían avistado la guarida de Caín. El cómo la habían encontrado, no tenían ni idea, pero fue Devid quien siguió una corazonada de dónde podía estar ella. Dicen que hay almas que están conectadas y tal y como pensaréis, las de Íriel y Devid están conectadas, el por qué, no lo saben ninguno de los dos.

Aquella noche escucharon los llantos de una mujer, Devid casi, si no lo hubieran detenido, hubiese ido a la guarida, él sabía que eran los llantos de Íriel y los gritos que los siguieron fueron casi insoportables. Pero debían esperar al día, la luz del astro Sol los debilita, tal y como la luz de la Luna los fortalecen.

En cuanto amaneció, todos partieron rápido, pero silenciosamente a la guarida, mataron los pocos híbridos de vampiro-humano, que custodiaban la entrada de la guarida y atacaron sin piedad.

Devid dejó el mando a un hombre de confianza y pidió a una chica que había allí dónde se encontraban los aposentos del maldito Caín, pues se apostaba el cuello que estaba también Íriel allí.

Cosa del destino, quizás. La chica era la misma que había sentido “tristeza” por la suerte de Íriel, si Devid le hubiera preguntado a alguna de las otras chicas que acompañaban a Caín aquella noche, seguramente lo hubieran mandado a una trampa, pero aquella chica, Tania, le mandó directamente a la alcoba de Caín.

Entró y la imagen que encontró le impactó muchísimo. Caín sobre Íriel, que estaba en el suelo llorando desconsolada, pero eso si, sin hacer un ruido, cubierta de marcas de mordeduras de vampiro y moretones, estaba siendo mordida nuevamente por Caín.

Pero Caín sintió la presencia de Devid y le encaró, sacando de no se donde, una gran espada.
Brian, sabiendo que en su forma humana no podría hacer nada contra él, cambió rápidamente a su forma lobuna y se lanzó hacia él.

Íriel por su parte sintió un gran alivio dejar de sentir cómo su vida escapaba de ella al absorber Caín su sangre. Abrió los ojos y se conmocionó al ver un gran lobo delante de ella, un lobo terriblemente familiar.

-Devid-musitó ella volviendo a llorar, esta vez de pura alegría. No perdió el tiempo y se transformó en tigresa, su naturaleza una vez suelta, se abalanzó salvajemente sobre Caín, entre los dos, acorralaron a Caín, pero este de un manotazo apartó ferozmente a Íriel que estaba muy débil, tan débil que sin proponérselo volvió a su forma humana, mala señal. Devid preocupado se colocó delante de ella, defendiéndola de él.

Íriel se escabulló como pudo de la pelea y fue a por sus bocas, sacó sus retráctiles sigilosamente y las desplego, pero impactada quedó al ver a Caín clavarle los colmillos en el cuello a Devid. Rápidamente actuó.

-Bastardo-gritó a la vez que degollaba a Caín con ambas retráctiles. Ni esperó a que se desintegrara, acudió a Devid, en su forma humana, que no dejaba de sangrar por su muy grave herida. Con lágrimas derramándose observó como la vida iba abandonando su cuerpo.
-¿Por qué viniste? No mueras por favor-se abrazó a él.

-No podía dejarte aquí, te quiero-dijo él en un susurro.

-Yo te amo, por favor no me dejes sola-dijo ella llorando desconsoladamente. En un impulso, sin saber cómo, supo que quería hacer Devid y llorando aún más, se acercó a besarle suavemente, él le correspondió el beso ardientemente, empleando sus últimas fuerzas.

¿Sabéis cuando una parte de ti mismo muere? No, por supuesto que no, nunca sabrás cuánto sufrió Íriel por su muerte.
Aquel beso permanecería en su memoria para siempre, de eso no le cabía duda, pero se lamentaba el darse cuenta tan sumamente tarde de cuánto amaba a Devid y cuánto sufriría su pérdida.

Meses después una agradable noticia por fin llegó a su vida, su mejor amiga, estaba embarazada.

Una vida nueva llegaba.
Y una vida injustamente terminó.

lunes, 4 de abril de 2011

Capítulo 20


ATENCIÓN: Siento tener que daros esta noticia, pero por (serios) problemas personales, no estoy teniendo tiempo de escribir capítulos, pero aún así os he podido dejar este, apurándome un poco, por lo que no se si voy a tener listo un capítulo para el lunes que viene, pero si viene al caso, os lo avisaré con antelación.
Tambien os comento que aunque no pueda publicar, si podré seguir pasándome por vuestros blogs, eso no lo dudéis:)
Un besazo mis querid@s seguiror@s, me animáis y me dáis ganas de seguir escribiendo
Att:Patricia

***

Los días pasan y la gente se va preparando para la guerra inminente. Cada uno como puede. Unos preparando un refugio seguro para su familia, otros juntando comida para poder sobrevivir y otros, como es mi caso, entrenando día y noche para la batalla.

Gabriel, Brian y yo entrenamos como nunca, logrando (gracias a Gabriel) un alto nivel tanto mágica, como físicamente.
Hubo un par de ataques más durante la semana, pero fueron como un cuarto de los Demonios que nos atacaron aquel día y gracias a los demás Arcángeles, los derrotamos fácilmente.

-Padre, ya es hora de afrontar este reto, no podemos permanecer para siempre encerrados aquí, si no vamos nosotros, Melie nos atacará aquí y morirán muchos más inocentes.

-Sí mi pequeña, debemos armarnos e ir cuanto antes, ya no podemos esperar más. Prepara y avisa a todos Kya.

-Enseguida- digo saliendo rápidamente de la sala.

De camino a la sala de entrenamiento (Donde están todos nuestros mejores luchadores) Voy comunicando a los aldeanos que la guerra es inminente. Muchos de ellos, salen corriendo en cuanto lo oyen, corren hacia sus casas, su familia, para intentar protegerlos de una muerte, que si nos derrotan, está asegurada.

Empujo la gran puerta y entro cerrándola tras de mi. Todos callan al verme entrar, pues saben que iba a ver a mi padre.

-La guerra comenzará en breve, debemos prepararnos para poder comenzarla nosotros y asediar La Oscuridad. Prepararos-finalizo.

Se forma un pequeño revuelo en la sala, pero yo salgo directamente, a la enfermería, donde se encuentra Arturo, no del todo recuperado.
Toco suavemente la puerta y tras darme permiso, entro.
Arturo está sentado en la cama, mirando a la ventana.
-Llegó la hora ¿cierto?-pregunta mirándome al fin.

-Sí, hemos de ir pronto-le respondo, aunque se me retuerce el estómago por dentro al ver la mirada de impotencia de Arturo.

-¡Debí protegerlos mejor! Carol puede estar muerta, ¡por mi culpa! ¿Tú sabes lo que es eso? Por mi culpa, mi hermana puede estar muerta, y encima, por esta herida no podré ir a la batalla, no podré luchar por la libertad de mi hermana, esto es insoportable-comienza él a soltar todos sus pensamientos.

Me acerco rápidamente a él y le abrazo, callando todo su monólogo.
-Arturo, yo también debí ayudaros, pero no podemos estar todo el rato echándonos las culpas, no podemos culparnos de una cosa que no podíamos remediar, es algo que me he dado cuenta ahora mismo al verte así. Hicimos todo lo que pudimos y ahora hemos de enmendar nuestros errores. He hablado con mi padre, porque sé que quieres ir a la batalla, irás, pero estarás en la cuarta fila, defendiendo y evitando que los soldados enemigos pasen y se dirijan a Lylith, que quedará indefensa. Sobre todo utilizarás tu magia, y si, antes de que lo digas, sé que no eres bueno en ello, pero, ¡es mejor que nada!-apoyo mi barbilla en su hombro, sin dejar de abrazarle.

Él me devuelve finalmente el abrazo y añade:
-Gracias Kya, gracias. Siempre has comprendido cómo me siento y has intentado ayudar en todo lo que has podido, gracias por darme la oportunidad de ayudar en lo que pueda hacer en la batalla venidera-dice apoyando su mano en mi cabeza y acariciándome suavemente el pelo.

-No hay de qué Arturo, sé que no soportarías quedarte de brazos cruzados y también he venido a decirte que ya puedes volver a tu cuarto, mañana nos desplazaremos hasta la Oscuridad, espero que no nos ataquen seres del bosque.

¿Y qué más debo hacer?
No lo sé, lo admito.

Salgo de la habitación dejando a Arturo solo con sus pensamientos y voy a mi propio cuarto.
Preparo todo lo referente a la batalla, mi espada, un regalo reciente de Gabriel, mis retráctiles, un arma que no utilizo normalmente, pero que manejo bien. Traigo de la cocina comida y bebida y meto todo en una pequeña bolsa, junto con un recambio de mi ropa de combate y demás pertenencias.

Finalmente, me meto en mi cama, esperando poder conciliar el sueño antes de que amanezca y descansar para la batalla venidera.