viernes, 29 de julio de 2011

Concurso en que participaré :) Concurso Aniversario Chaos Angeles

Lo vi interesante y decidí participar.

Los premios son:
PAQUETE I (el primer lugar)
La Familia interrumpida de Eloy Urroz
El Ruido de las cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez
Pequeños contratiempos de Jennifer Weiner
Perfección de Scott Westerfeld
Escuela de Frikis de Gitty Daneshvari
Hacia el fin del mundo de José Ignacio Valenzuela
Cambio de Via de Claudia Dervez Fernández
Correr o Morir de James Dashner
Prueba de Fuego de James Dashner
Fallen Angel de Heather Terrell
Eternos de Kirsten Miller
Querido John de Nicholas Sparks
Vampyr de Carolina Andújar
Pequeño Hermano de Cory Doctorow
Los diarios secretos de Miranda de Julian Quinn
Dije edición especialde Eternos
Parcapaginas de la Raza de Medianoche
2 Plantillas de tatuajes de los Cazadores de Sombras
Pulceras y plumas de los Cazadores de Sombras
PAQUETE II (segundo puesto)
Perfección de Scott Westerfeld
Escuela de Frikis de Gitty Daneshvari
Tardes de lluevia deClaudia Celis
El abrazo de Lygia Bojunga
Correr o Morir de James Dashner

Prueba de Fuego de James Dashner
Despertar de L. J. Smith
Conflicto de L. J. Smith
Eternos de Kirsten Miller
Deseo de Aline Pettersson

Pequeño Hermano de Cory Doctorow
Infinitas cosas de Hugo López Araiza Bravo
Dije edición especialde Eternos

Parcapaginas de la Raza de Medianoche
2 Plantillas de tatuajes de los Cazadores de Sombras
Pulceras y plumas de los Cazadores de Sombras

Bases del concurso aquí. 

Capítulo de la semana en la anterior entrada. 
Besoos! :) 

lunes, 25 de julio de 2011

Capítulo 33

Hola, gracias por vuestra paciencia para poder leer este capítulo. Creo, que el siguiente será el último. 
Un beso y disfrutad de la lectura.

Pd: mañana o al siguiente os dejaré la introducción de tres historias diferentes. Con las cuales votaréis por cuál os gusta más y escribiré sobre esa. ¿Por qué? Porque me comentaron que el tema de los ángeles está muy visto  pero quiero que sepáis que esa historia la tenía pensada desde hace bastante tiempo. En fin, no me enroyo más.
***

-¿Qué verdad? -le repito. 

Raúl, aún sin contestarme se acerca para levantar a Melie, pero no se lo permito.

-Kya- gruñe él intentando apartarme, al ver que no puede, se prepara para atacarme, pero Gabriel lo aparta de mi camino de un empujón y se coloca a mi lado.

-Está bien, ¿Quieres saber la verdad? Pues la tendrás, luego no te arrepientas. –Hace una pausa y vuelve a hablar –Conocí a tu madre hace veintitrés años, por aquél entonces mi hermano no la conocía. En el poco tiempo que estuve con ella, caí rendido a sus pies, era una mujer dulce, amable y generosa. Pero mi hermano apareció y lo estropeó todo. Cautivó a Lylith, aún sabiendo lo que yo sentía por ella. Él decía que la amaba, pero yo no lo creía. A pesar de eso, seguí quedando con tu madre, sin que mi hermano lo supiera. Una de esas tardes, la besé y ella me correspondió. –Otra pausa-Y te puedes imaginar lo que hicimos tras el beso. –Sonríe socarrón él al recordarlo- Pero a los pocos días de aquello, me enteré de que se había comprometido con mi hermano y decidí alejarme de ella, para un día retomar mi venganza.

Me quedo en silencio, ¿Raúl, mi padre? No puede ser cierto. Y menos que mi madre se comportara así.

-Tú no serás mi padre, o al menos no esperes que te reconozca como tal. Tú no me cuidaste cuando era pequeña, tú no jugaste conmigo, tú no estuviste cuando lo necesité, no me consolaste tras la muerte de Lylith y tú, tú has matado tanta gente, por una simple venganza. Nunca serás mi padre, aunque seas por sangre.-Finalizo con una mirada penetrante.

Él simplemente me mira y luego habla- Ni yo quiero que me reconozcas como tu padre, no te quiero, no quiero hijas y menos de esa furcia de Lylith.

-No te atrevas a insultarla-doy un paso furiosa hacia él, aún sabiendo que no estoy en condiciones para enfrentarme a él, simplemente la furia de domina.

Nuestras espadas chocan. Gabriel se sitúa a mi lado, pero no participa en la pelea, todavía. Él está vigilando a Melie que está detrás de mí.

Raúl es bueno con la espada y también con la magia, pero yo tengo tres poderes, ahora lo sé, el mío, el de mi padre y la pequeña parte que Lylith me entregó aquella noche. Puedo ganarle.

Poco a poco le voy ganando terreno, le hago retroceder por la furia y fuerza de mis golpes, por las heridas que le estoy causando.
-Bueno, parece que ya está casi hecho todo-murmura él- Melie está prácticamente muerta Kya, ¿Qué se siente al matar a tu propia hermana?

-Ella mató a mi madre y eso es algo que no debía haber sucedido, morirá, al igual que ella mató a Lylith.

-Oh Kya, te equivocas, ella mató a Lylith sí, pero por orden mía. Yo la estaba controlando. – dice Raúl mirándome despectivamente.

Me quedo callada, únicamente concentrada en la pelea, sé que quiere distraerme.

-Es verdad Kya- un murmullo de Melie me llega.

Gruño y de un empujón echo a Raúl de la Sala y conjuro la puerta.
Me acerco a Melie, que está tumbada en el suelo, prácticamente desangrándose.

Me arrodillo a su lado, mirándola a los ojos, tratando de por fin encontrar algo de verdad.

-Desde que éramos pequeñas él intentaba entrar en mi mente, controlarme-susurra casi sin voz-  le tenía mucho miedo, quizás eso puedas recordarlo-me mira y cuando asiento continúa hablando- hasta que aquella última vez que vino, me rendí y no sabes cuánto me he arrepentido, yo pude ver cómo mató a mamá- sus ojos se empañan- cómo casi te mató a ti. Nunca he querido que esto ocurriera, no quería que hubiese más muertes, por eso me revelé, traté de escapar y eso a él le enfureció- sus ojos se cierran poco a poco y las lágrimas se le derraman, dejando salir el sufrimiento de todos estos años- Él me mantuvo aquí, encerrada en el castillo, poco podía salir y siempre rodeada de guardias.

No me atrevo a interrumpirla, sé el poco tiempo que le queda y también ella lo sabe. Está intentado darme a conocer que ella no tuvo la culpa, que ella no quería esto.

-Por último, Kya, deseo que me perdones, ahora que has escuchado toda la verdad y que sepas que aunque hayas causado mi muerte, sé que lo has hecho por vengar a mamá.

Mis ojos se empañan y agarro su mano, apretándola suavemente- Te perdono Melie y espero que puedas descansar en paz, hubiese preferido que todo esto no hubiera sucedido, que tú y yo hubiésemos hablado, jugado y hecho todo lo que unas hermanas hacen, pero por culpa de Raúl nuestra familia se rompió.

-Te deseo lo mejor Kya

Hoy he perdido una hermana, mi gemela, una chica que no debería haber sufrido tanto, que debería haber sido mi mejor amiga, mi confidente. Melie, quien ha logrado que la quisiera en unos pocos minutos.
-Todo ha acabado Kya-murmura Gabriel en mi oreja.
-No, no ha acabado, Raúl sigue vivo-me levanto tan rápido como puedo, agarro su mano y salgo con él de la Sala, dejando a Melie detrás, volveré a por ti pienso refiriéndome a Melie mientras arrastro a Gabriel fuera.
Entre Gabriel y yo buscamos por todos lados a Raúl, hasta que él me para y dice:
-Ha escapado, huido.

-Sucio cobarde –maldigo en voz baja. –Debemos parar esta cruel guerra sin sentido.

Fuera la guerra continúa. Y no puedo soportarlo.
Me acerco a la primera ventana que encuentro de la torre y me asomo.
Me cae una ola de desolación al ver lo que sigue ahí afuera.

-Dejad de luchar. –grito pero nadie me esculla. Lo vuelvo a gritar, cada vez más fuerte y con más impotencia.

Pienso rápidamente, algo para llamar la atención de todos, para que alejen su concentración de lo que ocurre entre ellos.
Hago que llueva. Así de simple.

Poco a poco todos dirigen su mirada al cielo, confusos. Los demonios odian todo lo que al agua se refiere.

-Dejad de luchar entre hermanos, parad la batalla. Melie ha muerto y Raúl huyó. Ya nada importa, no matéis más.-grito finalmente, todos dejan caer sus armas y miran hacia donde estoy yo.

-Es Kya, la princesa Kya –oigo murmullos que lo afirman.

-No, no es la princesa, es nuestra Reina ahora, nos ha salvado. –gritan otros.

-Dejad que el agua limpie vuestras heridas y a los muertos dejad que descansen en paz –exclamo pensando en Melie- ahora todo ha terminado.

Algunos asienten, otros gritan de alivio, otros simplemente miran a su alrededor, donde muchos de sus compañeros yacen.
Y por fin, la batalla finaliza.

lunes, 18 de julio de 2011

1 Noticia buena y otra mala :$

Hola chicas, ¿Por cuál empiezo primero?
Creo que empezaré con la buena. ¡Gané el concurso al que me presenté! Ni me lo esperaba la verdad. Estoy contentísma porque nunca había ganado un concurso de esas características :) El premio es:

¡405 LIBROS DIGITALES! Dios mío, creo que no voy a salir de mi casa este verano xD



La mala noticia: no os puedo traer hoy el capítulo semanal! LO SIENTO. Pero se me está haciendo difícil el finalizar esta historia, porque voy escribiendo capítulos conforme los publico y éste se me está haciendo un poco más complicado (no por falta de imaginación) sino que no se cómo expresar las ideas que tengo en mi cabeza.

Así que lo dicho, espero que podáis disculparme y os dejo dos cositas:

La primera es el relato ganador del concurso (para las que no lo hayáis leído) y después...chun chun chun (8) Os dejo la SINOPSIS de la nueva historia que comenzaré una vez terminada esta!
Ahí vamos:
***


Ella sonríe traviesa, conociendo lo que su mirada le causa a él. Primero se siente nervioso y extrañado de que ella le mire tan fijamente. Luego esa sensación poco a poco se convierte en ansias, excitación, lujuria. Poco después, decide acercarse a ella.
Pura sensualidad les rodea cuando intercambian unos saludos.

-Yo soy Pablo, ¿Y tú guapa? –le pregunta él clavando su profunda mirada en ella.

-Te lo diré si me invitas a algo.

-Trato hecho –le guiña él un ojo, ignorando lo que esta chica tiene pensado para él.

Al poco rato, él se acerca de nuevo, con un Bloody Mary en sus manos. La chica sonríe levemente.

Cuando ella coge el vaso de las manos de Pablo, capta una sonrisa expectante en él, y sabe el por qué al segundo de darle un primer sorbo a la bebida, drogas. Él quería drogarla. Pero esa sustancia ya no le hace efecto…, aún así, lo aparenta para que Pablo caiga y se lo crea.

A él se le olvida el preguntarle su nombre al final. Porque después de esperar unos segundos, los que probablemente él crea que son los necesarios para que la droga entre en efecto, se lanza al ataque. La besa brutalmente, con ansias. Sus lenguas y labios bailan juntos en unos casi imposibles movimientos.
Ella roza con su mano los pectorales de él por encima de la camisa que lleva, nota cómo sus músculos se contraen ligeramente bajo su tacto y él mientras, le acaricia el cuello y aprieta su baja espalda para acercarla más a él.

Pablo atrapa el labio inferior de ella entre sus dientes y ella gime suavemente.
Él mira a su alrededor, la gente que hay a sus espaldas, están en una amplia discoteca de Madrid y a pesar del montón de gente que hay, casi nadie les mira, y los pocos que lo hacen sienten simple curiosidad.
Le agarra la mano y tira de ella para salir de allí y poder hablar, aunque antes dejan en el suelo el vaso de ella casi vacío.
-¿Dónde te alojas? –le pregunta Pablo, falto de aire ante el ardiente beso que ella le da poco antes.

- En un hotel cerca de aquí –responde ella y le da su dirección.

Una vez que están en la puerta del hotel, él sube con ella en el ascensor. Los beso son cada vez más insistentes y las caricias pasan a un nivel más íntimo y profundo.

Ella saca con una tranquilidad la tarjeta de la habitación que a Pablo le exaspera.
Él se apoya contra ella para que sienta cómo la desea mientras espera a que abra la puerta.
Cuando por fin se abre, él prácticamente la empuja para que pasen los dos.
En cuanto cierran la puerta, la actitud de ella cambia al escuchar el cierre automático de la puerta.

Empuja a Pablo y lo tumba sobre la cama de matrimonio de la habitación, él intenta tirar de ella, pero ante su resistencia, la deja. Ella empieza un baile muy sugerente, aunque antes ata a Pablo a la cama. Contonea sus caderas, se acaricia mientras él mira, con unas ganas increíbles de atraerla hacia él. Tras un rato largo, él ya gime de ansias y ella, por fin se acerca hacia él. Pero no para lo que él esperaba, sino para sacar un cuchillo muy extraño e intrigante. A él, la vista de ese cuchillo le hace gruñir casi de terror.
-¿Lo reconoces? –le pregunta a él, tras su silencio, lo toma como un sí – sí Pablo, Pícara era una gran persona, una gran amiga –hace una pausa mientras se acerca un poco más a él y apoya la punta del cuchillo sobre el corazón de él –y era mi hermana.

A Pablo se le eriza el vello de los brazos, ahora sí que lo recordaba. Pícara, aquella chica sonriente, con un pelo rubio resplandeciente y ojos verdes, aquellos ojos tan parecidos a los de la chica que tiene delante ahora.

-Sí, veo que me has reconocido Pablo. Era mi melliza, y su muerte me afectó muchísimo. Tú fuiste el culpable, y no te atrevas a negarlo.

- Fue sin quererlo, ambos estábamos borrachos y apostamos sobre tirarnos por aquél muro, sabíamos que había una profunda charca detrás, pero no esperábamos que hubiera una roca bajo el agua justo donde ella saltó.

La risa que ella suelta le saca de quicio.

-De todas formas nena, fue hace mucho tiempo, ¿Por qué ahora?

-He estado en un psiquiátrico
Él suelta un extraño sonido, entre ahogado y asfixiado, mientras ella ríe y luego él empieza a toser una amarga sangre.

En los últimos momentos de Pablo, ella le obliga a que la mire.
-Recuérdame desde el infierno asesino, me llamo Penélope, la chica que vengó a su hermana- y suelta su barbilla, luego sale de la habitación, de la cual no es responsable al haber robado la llave.

Una auténtica risa de loca nace de su echo y la alegría la inunda.
<< Adiós Pícara, nos veremos muy pronto. >>
Piensa mientras aprieta la empuñadura del cuchillo, que Pablo le había regalado una vez a Pícara, y lo acerca a su propio pecho mientras en el ascensor, aprieta el botón de la planta baja, con una macabra sonrisa.

***
Y ahora la sinopsis :) (Comentad si os gusta!)


Sophia posee poderes extraordinarios, nunca vistos, pero todavía no sabe que los tiene.
Su madre, llamada Eva, hace un par de años le contó esta extraña historia:

Un día de estos, los ángeles grises y los ángeles negros, escaparán para tomar la Tierra. Por la fuerza, obviamente, pero el cielo y el infierno, por primera vez, se ponen de acuerdo en algo, no pueden permitir que gobiernen la Tierra. Por lo que habrá una elegida, a la que le otorgarán poderes de ambos reinos. Poderes oscuros y poderes puros, una mezcla explosiva, pero muy poderosa.

Esa elegida, si, elegida, una chica, derrotará a ambos seres y los devolverá al infierno, pues como antes te expliqué, los ángeles grises, son los ángeles, antes puros, que fueron expulsados del cielo por caer en los pecados capitales. Pero los grises, decidieron no acudir al infierno, por lo que no se convirtieron en ángeles oscuros. Son un punto medio entre ambos reinos.

Cuenta la leyenda, que la chica se enamorará de un ángel, pero no cuentan de qué tipo.
Solo se sabe, que ella estará perdidamente enamorada de él y que por su culpa, en un momento ella casi morirá.”

Pero ella no creía en esa vieja historia, pues ¿qué puede ocurrir en una ciudad tan concurrida como Los Ángeles? Sí, la verdad es irónico el nombre, pero con tantas personas, duda que pueda alguna vez ocurrir eso.

Pero no sabe, que pronto, su vida dará un giro de 360º. Y deberá acordarse de cada parte de la leyenda que su madre le contó, si quiere sobrevivir.

Espero que esto os haya suavizado un poco el no haber capítulo de esta semana T.T 
Estoy cabreada conmigo misma. Un beso <3

lunes, 11 de julio de 2011

Capítulo 32

Hola! Siento el capítulo esté un tanto mal redactado, pero es que lo he estado escribiendo sobre la marcha, porque he estado muy atareada, disculpadme. No me acaba de gustar, pero qué se le va a hacer, espero aún así que os guste. Un beso. 
Que disfrutéis de la lectura y la lucha entre hermanas..

***
Entre que Melie no lucha limpio con ataques a traición e innobles y que una parte de mí está atenta en la pelea de Gabriel, no estoy muy centrada en la pelea y ella ya sonríe victoriosa.

Me sacudo todas las distracciones, debo confiar en Gabriel, él sabe cómo cuidarse.

Siempre fui mejor que Melie en la lucha cuerpo a cuerpo, es de lo poco en lo que lograba vencerla sin demasiado esfuerzo y por lo que ha demostrado, no ha cambiado demasiado.
Su sonrisa se transforma de nuevo en esa mueca despreciable de odio. Y ella cambia de extrategia cuando recibe una estocada en el costado derecho, provocando una herida sangrante y dolorosa.

Se aleja de mí, y yo ya sé a qué "fase" hemos pasado, la magia.

Me tenso interiormente, aún no estoy preparada para luchar contra hechizos oscuros, veré lo que puedo hacer.

Ella empieza a acumular energía y yo para debilitar su concentración, le lanzo una descarga gélida directa al pecho, sin gastar apenas energía. Ella lo desvía con un simple movimiento de mano, haciendo que el hechizo se estrelle contra la pared a su derecha.

-Paciencia -ronronea ella.

-Yo te daré a ti paciencia -gruño lanzándole otra del mismo tipo, pero un poco más potente, tanteando su fuerza.
Ella lo vuelve a desviar, con un poco más de resistencia esta vez, interesante.

Pero no me deja seguir con mis experimentos. Un rayo de fuego me pasa rozando mi hombro, no lo muestro, pero me ha acongojado un poco demasiado.

Alzo mis escudos contra el fuego, un hechizo aprendido gracias a Gabriel y casi al mismo momento, noto como él superpone un escudo a sobre los míos.
Le miro de reojo, pero sigue inmerso en su propia pelea.

Ambas peleas continúan, subiendo cada vez más el nivel.
Yo no me quedé luchando solo con magia, es más, en más de una ocasión logré darle, y por desgracia, ella a mí también. Si hacemos un recuento, creo que ella está peor que yo, ligeramente.

Gabriel por su parte, ahora está prácticamente derrotando a Brian, pero en algún momento del transcurso de la batalla, él logró asestarle un golpe con la espada en el muslo que poco a poco le está pasando factura a Gabriel.
Pero sinceramente, lo que más me impresionó, fue cuando echó a bajo las defensas de Brian, asestándole finalmente el golpe de gracia, en pleno pecho. Un combo de fuerza y magia.
Brian aún sonríe, pero luego se forma una expresión de horror en su cara al ver a Gabriel levantar su espada de nuevo.

-Un maldito no muere hasta que se le corta la cabeza a su verdadero cuerpo -sisea Gabriel haciéndolo.

De nuevo alejo mis pensamientos de él, al recibir un nuevo golpe de Melie. Blasfemo al notar el dolor. Y de reflejo y con furia, le lanzo un potente conjuro que destruye sus barreras, dándole directamente en el pecho.

Me mira entre asombrada, dolorida y furiosa. Se levanta con dificultad del suelo, fijando su mirada en mí, concentrándose de nuevo. Oh mierda.

Intento darle de nuevo, pero ha levantado nuevos escudos más potentes y no quiero agotarme del todo. Noto cuando finaliza la acumulación de poder, simplemente lo noto.

Me preparo para, seguramente, un hechizo oscuro. Y sí lo es.

Ella murmura unas cuantas palabras, entre ellas, leo en sus labios dolor.

Y Dios mío, no tarda en aparecer. Como una gran llamarada, un intenso dolor me recorre toda la médula, de arriba a bajo, cegándome casi al completo y haciendo que soltara un lastimoso quejido, ni aun así permito que me oiga gritar de dolor, un dolor que no cesa y que puede que me mate, no lo dudo.

-Ni lo intentes angelito, es un duelo a muerte, las reglas están fijadas y ella aceptó, no puedes intervenir -amenaza Melie a Gabriel, aunque la oigo muy lejana, distante.


-Vamos Kya, concéntrate, lucha contra el hechizo- me urge Gabriel en mi mente, lo noto desesperado, angustiado por mí.

Maldigo en voz baja, pues mi garganta está prácticamente seca y dolorida.
¿Desde cuándo me rindo? ¿Cómo voy a dejar a toda esa gente de nuevo en sus despiadadas manos?

Me levanto, luchando poco a poco contra el dolor, por el que me había recostado en el suelo. Mi mente logra despejarse a duras penas, dejándome con una gran jaqueca. Ya me quejaré de eso después.

Toso sangre, esto no es bueno, a saber qué más daños ha causado el conjuro en mi organismo.

Recojo de nuevo mi espada del suelo, conjurándola con hielo y me lanzo como puedo a por ella.

Y no se si es por la sorpresa de verme de nuevo luchando, o porque el conjuro le gastó mucho, logro asestarle un profundo corte congelado en el costado. Ella grita de dolor al sentir las agujas del hielo.

-Bruja -masculla ella.

-Ese es el punto, aunque prefiero hechicera -asiento yo rescatando la espada y preparada para hundírsela en el estómago.

Me pongo tensa al escuchar la advertencia de Raiku, joder. ¿Es que nunca podré matarla o qué?
-Kya, para -me ordena Raúl.

-¿Tú dándome órdenes a mí?-río sarcástica, dejando que Melie resbale hasta caer en el suelo, sin rematarla aún. -Ni eres mi rey, ni mi familia, no desde que empezaste todo esto.

-Ah pequeña, ahí te equivocas -me mira fijamente -soy de tú familia o lo poco que queda de ella-añade cruelmente- soy tu padre, vuestro padre.


-Sí claro, y yo me lo creo. Raúl, mi padre ya me dio sus poderes, por eso tú no puedes serlo.

-Ah eso, bueno, creo que se encariñó contigo y decidió darte sus poderes voluntariamente, los míos no los has recibido, aún. Y tampoco es que tenga ganas de dártelos. Pero bueno, si quieres creerme o no es tu decisión, pero no mates a tu hermana sin saber toda la verdad.

Miro a Gabriel, quien me está mirando a su vez con una ceja levantada, en señal de pregunta.

-¡¿Qué verdad?!-pregunto ya harta de todo esto, harta de mentiras, engaños y celos.

Me giro hacia él, quedando cara a cara, dispuesta a enfrentarlo por conseguir la verdad completa, aún sabiendo lo maltrecha que estoy.

jueves, 7 de julio de 2011

Participo en un concurso :)

Bueno chicas y chicos si hay por aquí alguno ;)
Como dice el título, he mandado un relato, para el blog de Mely.
Entonces, no, no os pido que me votéis, os pido que os paséis por allí, leáis los relatos y una vez hecha vuestra elección, le deis en la encuesta que tiene a la derecha de su blog arriba, y votéis por el que más os ha gustado :)

http://susurros-de-la-noche.blogspot.com/

Un beso a tod@s y que disfrutéis con la lectura.

PD: Si os habéis pasado por mi capítulo semanal, está en la anterior entrada :)

lunes, 4 de julio de 2011

Capítulo 31

Dejamos un par de días para que mi padre se recupere un poco, aunque no podrá participar en esta guerra.
Tras habernos armado y preparado para lo que sucederá, por fín partimos hacia el castillo. A Brian y Marina los dejamos en el campamento bajo un hechizo que probablemente no les dejará salir de allí.
Montados en caballos los que sí tenemos y a pie los demás, partimos nerviosos pero impacientes por tomar venganza.

Los caballos están muy intranquilos y hacemos todo lo posible para tranquilizarlos. Paramos a una distancia prudencial de la puerta de la ciudad, unos 50 metros, donde está la muralla. Gabriel se sitúa a mi lado, sin caballo, porque luego tendrá que sacar sus alas y toma mi mano con cariño, infundiéndome ánimo y para ayudarme a abrirla. Cierro mis ojos y la abro.

El enemigo nos ha avistado y poco a poco sale de la cuidad, para enfrentarnos cara a cara. La busco con furia, pero no la encuentro, Melie no encabezará esta primera batalla.
Pero sí Raúl, quien está a su vez, mirándome con una siniestra sonrisa.

Miro a mis soldados, quienes están a la espera, dispuestos a arriesgar sus vidas por las de los demás. Con suavidad suelto la mano de Gabriel y me adelanto un poco de mis filas. Dándole la espalda al enemigo y mirando a mis aliados.

-Ha llegado el día, el día en que vengaremos a las víctimas inocentes que murieron por su culpa -hago una pequeña pausa - ¿Estáis preparados?

-¡Sí!-gritan todos a la vez, con furia.

-Pues ¡Al Ataque! -grito encabezando mis filas hacia la batalla, mientras desembaino mi espada.

Cuando la primera fila está a punto de entrar en la batalla, los Ángeles despliegan sus alas. Mis caballeros no se inmutan ante eso, porque antes de venir se lo habíamos comunicado, pero los Demonios tienen una mueca de terror y odio, junto con un profundo resentimiento.
Y estalla la batalla.
Muertes, sangre, heridas mortales. Todo es caos a mi alrededor. Yo me las arreglo como puedo para avanzar hacia Raúl. Sé que Gabriel está a mi alrededor, evitando que algunos Demonios lleguen a mí. Pero cada vez aparecen  más y más. Chasco mi lengua con furia y lanzo una potente onda voltaica que mata a todos los Demonios de mi alrededor, causando estragos en sus filas, aunque cuidadosamente he evitado a mis aliados. Casi de inmediato noto el bajón de energía, pero si con ello he evitado más muertes, estoy contenta.

No me doy cuenta, pero Raúl sonríe complacido desde su caballo.
Esmeralda y Raiku están haciendo un buen trabajo. Ella a base de coces y Raiku con extraños pero a a la vez efectivos ataques de fuego.

Gracias al hechizo que lancé, las fuerzas están un poco más igualadas y poco a poco conseguimos ganarles terreno y que el número de Demonios disminuya.

Finalmente, me encuentro cara a cara con el capullo de Raúl, que sonríe eufórico. Al ver mi intención de atacarle, hace una señal a los dos Demonios y un Wolfen Alfa que teine a su lado mientras se adentra al galope en la fortaleza, cobarde.

No son Demonios normales, son mucho más fuertes y ... joder el Wolfen, no no puede ser.

-¿Eric? -digo mirándolo cuando él responde a su nombre fijando su mirada en la mía.

-Sigues estando ahí, me recuerdas, ¿Verdad? -susurro casi sin voz.
Él se tumba en el suelo, y suelta un gemido lastimero que me lo confirma.

-Tranquilo, te ayudaremos. -digo a la vez que paro una estocada de uno de los Demonios. El otro viene a atacarme, pero no se desde dónde, Gabriel le ha lanzado un conjuro que le ha dejado fuera de combate.
Lo paso un poco más con este Demonio, es muy fuerte y un buen espadachín, pero gracias a que Eric le lanza un mordisco, puedo ensartarle mi espada en su estómago.

-Eric, ¿Vienes a por Carol o vuelves al campamento? -le pregunto, aunque ya conociendo la respuesta, mientras localizo a Gabriel. Eric se sitúa en la puerta de la fortaleza, esperándonos. Pero antes ayudo a Gabriel que está luchando con otros cinco Demonios, mato a dos de ellos y él se encarga de los otros tres.

-Vamos -agarro su mano a prisa y le subo detrás de mí en Esmeralda. Aprieto ligeramente sus costados con mis palones y ella emprende un trote largo.

Cerca nos sigue Eric, pero luego se nos adelanta cuando entramos al patio de armas. Bajo de Esmeralda, porque ella no podrá entrar en el palacio por culpa de las escaleras.
La escondo en un callejón sin salida y luego protejo la entrada  a él con un conjuro y le pido que permanezca aquí. Ella lo entiende, pero roza su hocico por mi mejilla, se que es su forma de decirme que tenga cuidado. Acaricio su  morro un poco y salgo corriendo, con Gabriel a mi lado, mientras seguimos a un presuroso Eric.

Subir las escaleras se me hizo eterno y extraño, este era mi antiguo hogar, donde pasé gran parte de mi infancia.
Me da mala espina el no encontrarnos a ningún Demonio, pero aún así, seguimos hacia adelante.

Eric nos guía hasta la sala Real, y no estaba preparada para lo que iba a encontrar ahí.
Carol se encuentra amordazada y brutalmente herida, desangrándose en el suelo. Eric se abalanza a por ella y la arrastra como puede fuera de la sala, disculpándose con la mirada.

Paso de él una vez saca a Carol de allí. Dirijo mi mirada en mi melliza, mi hermana, la asesina de nuestra madre y causante de muchas más muertes.
Pero lo que más me sorprende a pesar de lo oculto, es el ver a Brian a su lado, sujetando su mano y mirándome con una fiera mirada.

-Un  maldito-casi gruñe Gabriel a mi lado -Brian lleva sangre de Demonio, es descendiente de no, cómo no me di cuenta.

-Sí angelito, lo soy -afirma él avanzando hacia Gabriel, empuñando una afilada espada de Demonio.

-Te mataré -musita Gabriel, desembainado su propia espada y comenzando el ataque.
Sus fuerzas son muy parecidas y eso me aterriza de veras.
<<Dios, si estás ahí, por favor, ayúdale.>>

Yo intento no prestar demasiada anteción a ellos, concentrándome en Melie, quien rezuma odio por cada uno de sus poros. Aunque también atenta y desconfiando en dónde se encontrará Raúl, esperando un ataque a traición.

-Te reto a un duelo a muerte -replica ella en voz alta, levantándose del trono, un trono en el que antes mi madre se sentaba.

De refilón, veo a Raiku posado en un ornamento de la sala, lo que me despreocupa de tener que vigilar por Raúl, se que Raiku me alertará si aparece.

-Lo acepto, ha llegado finalmente la hora -sentencio agarrando con fuerza la empuñadura de mi espada, añadiéndole con disimulo el hechizo hielo.

-Quiero tus poderes Kya, tú no sabes utilizarlos.

-Eso ya lo veremos, he cambiado Melie, ya no me dejo dominar -y me lanzo contra ella.